República Dominicana es el segundo país más grande y más diverso del Caribe. Es un país que se destaca por la calidez de su clima y la hospitalidad de su gente. Cuenta con una naturaleza extraordinaria, fascinante historia y gran riqueza cultural. Está rodeada por el Océano Atlántico hacia el Norte y el Mar Caribe hacia el Sur y se enorgullece de contar con más de 1,600 Km. de costa , de las mejores playas del mundo, magníficos hoteles y resorts, e infinidad de opciones en deportes, entretenimiento y recreación. Puedes bailar al ritmo contagioso del merengue, renovarte en lujosos y variados hoteles, explorar antiguas ruinas, deleitarte con la mejor gastronomía dominicana, o vivir aventuras ecoturísticas en magníficos parques naturales, cordilleras, ríos y playas.
Es lacapital y también la metrópoli más moderna y dinámica del Caribe. La Capital, como cariñósamente se le llama, transmite el pulso de la cultura dominicana, donde lo antiguo y lo nuevo convergen a la perfección, desde la arquitectura y la historia de siglos de antigüedad, hasta los grandes centros comerciales, galerías de arte, una activa e interesante vida nocturna y una irresistible escena gastronómica. Explorar la Ciudad Colonial, el primer asentamiento europeo de las Américas y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1990, es una experiencia recomendada para todos los viajeros. Consiste en un laberinto de calles estrechas llenas de maravillas arquitectónicas que van desde el siglo XVI hasta principios del XX. Sus calles te llevarán hasta edificios coloniales convertidos en museos, tiendas, hoteles, restaurantes y cafés en las aceras. Súbete en el tren Chu Chu Colonial para un tour de 45 minutos por el área, contrata un guía que te llevará por la primera calle pavimentada de América mientras compartes historias, o alquila una bicicleta y pasea por tu cuenta. Para un descanso rodeado de naturaleza, disfruta de un picnic en el césped del Jardín Botánico Nacional, el más grande del Caribe, o camina por el Malecón al atardecer para disfrutar de vistas al mar Caribe, puestos de comida y mirar a la gente pasar.
Adentrándose al mar desde la costa noreste de República Dominicana, la Península de Samaná, paraíso natural, es tan codiciada hoy como lo era en el siglo XVI. Los piratas utilizaban sus frondosos bosques de palmeras, playas aisladas y cuevas ocultas como escondites, mientras que las tropas europeas y haitianas se disputaban las profundas aguas de su bahía. Hoy en día, Samaná, está bien conectada por tierra y aire, sin embargo, sigue siendo el paradisíaco y remoto escape de playas salvajes, plantaciones de cocos y selvas tropicales de República Dominicana.
una de las costas de arena blanca más largas del Caribe, un total de 48 kilómetros, acentuada con palmeras de coco que parecen llegar hasta el cielo, Punta Cana es el sinónimo de descanso y relajación frente al mar. Aquí, donde el Océano Atlántico se encuentra con el Mar Caribe. Pero no solo hay diversión bajo el sol, con fina arena blanca y un mar cristalino e iridiscente para nadar, pescar, o darte un chapuzón entre vida marina y barcos hundidos. Punta Cana, también es el paraíso para los golfistas, con 10 campos de golf ubicados a lo largo de la costa, un escape de playa con lujosas marinas y cenas gourmet, y una zona de bienestar con los mejores spas del país, incluyendo el único Six Senses del Caribe.